- En desastres, los servicios y necesidades de las mujeres embarazadas se ven interrumpidos y presentan una mayor dificultad en su acceso, calidad e higiene.
- Las y los adolescentes y jóvenes son vulnerables a las violaciones de sus derechos humanos; además, enfrentan el riesgo de ser víctimas de violencia sexual, física y de género.
- El UNFPA en México responde a las afectaciones de los terremotos acaecidos en septiembre activando espacios seguros, promoviendo la inclusión, protección de sus derechos y futuro.
En el mes de septiembre de 2017, dos terremotos de gran magnitud tuvieron lugar en México. El primer terremoto de magnitud 8.2 grados en la escala de Richter tuvo epicentro en el Estado de Chiapas, en las cercanías de la comunidad de Pijijiapan. Posteriormente, el 19 de septiembre el Servicio Sismológico Nacional registró otro sismo de magnitud 7.1, localizado a 12 km al sureste de Axochiapan, Morelos.
La vulnerabilidad estructural del centro - sur de México fue expuesta a raíz de los sismos mencionados, provocando daños severos en Oaxaca, Chiapas y Tabasco, la Ciudad de México, estados como Puebla, Morelos, México, Guerrero y Oaxaca. A su vez, más de 300 muertes fueron registradas y millones de personas afectadas.
A partir del análisis de necesidades y riesgos detectadas, UNFPA prioriza la atención a los grupos poblacionales en situación de mayor vulnerabilidad y contribuye a la fase de la reconstrucción, bajo los enfoques de derechos humanos, género e interculturalidad.
La respuesta es implementada en Juchitán, Oaxaca; Jojutla, Morelos e Izúcar de Matamoros, Puebla, a través de lo siguiente:
1. Activar espacios seguros para personas jóvenes, especialmente niñas adolescentes.
En emergencias, los derechos humanos de las personas adolescentes y jóvenes son vulnerables a violaciones de derechos humanos. Las afectaciones de los sismos provocaron que sus espacios amigables quedaran severamente dañados y/o tomados como espacios de albergues, dejándoles sin espacio para la interacción o entretenimiento durante la crisis.
UNFPA trabaja para promover su inclusión en respuesta a la crisis, facilitando y activando espacios seguros donde reciben herramientas para reconstruir mejor (build back better) sus comunidades, ser agentes de cambio. Su creatividad, energía y capacidad de adaptación ante eventualidades es crucial para las fases posteriores al desastre.
2. Prevención de la Violencia de Género
UNFPA en México promueve acciones, entre los diversos actores (institucionales, organizaciones e incluso a personas encargadas de coordinar los albergues), para priorizar y prevenir escenarios de violencia basada en género con las personas sobrevivientes a los sismos.
La intervención se basa en orientar e implementar estrategias de información, sensibilización acerca de la prevención, mitigación de riesgos a sufrir este tipo de violencia; así como garantizar el acceso y atención a las víctimas de VbG.
3. Promueve asegurar los derechos y salud sexual y reproductiva de las personas afectadas
El derecho a la salud reproductiva aplica en toda circunstancia, interrumpir su acceso puede tener efectos devastadores. UNFPA impulsa el acceso a la salud y derechos reproductivos, incluyendo la prevención de muertes maternas, a través de la entrega de información sobre planificación familiar y riesgo obstétrico, apoyando a mujeres y sus familias para conocer riesgos y/o cuándo es el mejor momento de buscar asistencia médica y/o apoyo.
Además, se ayuda a mejorar el equipamiento de centros hospitalarios y las clínicas más afectadas de Juchitán, Oaxaca; Jojutla, Morelos e Izúcar de Matamoros, Puebla.