“El mundo tiene una oportunidad sin precedentes de plasmar en la realidad la promesa de igualdad y de protección contra la miseria. En el próximo decenio, miles de millones de personas pueden ser liberadas de los grilletes de la pobreza. Pueden salvarse las vidas de 30 millones de niños y dos millones de madres1 . Es posible contrarrestar la propagación del SIDA. Millones de jóvenes pueden desempeñar un papel de mayor importancia en el desarrollo de sus países y, al mismo tiempo, crear un mundo mejor para sí mismos y para las generaciones venideras.”