Uno de cada cinco nacimientos registrados en el 2018 en México, fueron resultado de partos de niñas y adolescentes entre los 10 y los 19 años. Esto configura un problema social porque la maternidad temprana impacta no solo en la vida de estas niñas y adolescentes, disminuyendo sus oportunidades y las de sus hijos e hijas, sino también en el desarrollo y la economía del país.
En México, el embarazo adolescente genera pérdidas anuales de miles de millones de pesos para el Estado. Este es uno de los resultados más contundentes del estudio Consecuencias socioeconómicas del embarazo adolescente en México, que estima el impacto económico y social del embarazo y de la maternidad adolescentes.