Si bien México logró disminuir su razón de mortalidad materna (RMM) en un 57,8% entre 1990 y 2015, el país no cumplió con el compromiso de reducir la RMM en tres cuartas partes como acordado en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Más aún, el promedio nacional de 38,9 muertes maternas por 100,000 nacidos vivos esconde enormes disparidades e inequidades a lo interno del país.