Hace veinte años, la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) estableció que los derechos de las personas son un elemento central del desarrollo, declaró que la Salud Sexual y Reproductiva es un derecho humano fundamental y subrayó que empoderar a las mujeres y las niñas es indispensable para garantizar el bienestar de los individuos, las familias, las naciones y el mundo en su conjunto.
Al aprobar el Programa de Acción de la CIPD, los gobiernos establecieron un programa ambicioso para promover un desarrollo internacional inclusivo, equitativo y sostenible. Este programa ha orientado las políticas y ha impulsado logros en ámbitos como la igualdad y el empoderamiento de la mujer, la salud y la esperanza de vida mundial, y la educación de las niñas.