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De manera desafortunada, el desplazamiento interno continúa siendo un asunto cada vez más vigente. Los hechos aquí relatados señalan las condiciones de distintas formas de violencia que ocurren en la región de estudio que comprende Colima, Guanajuato, Jalisco y Michoacán. Son escasas las investigaciones académicas específicas realizadas sobre esta zona del país, aunque las fuentes hemerográficas mencionan la existencia de estos movimientos poblacionales.

Durante los últimos años, la violencia ha mostrado diferentes representaciones, incluyendo un número elevado de homicidios. Colima ha presentado la tasa más alta del país desde 2016 hasta 2019, en tanto Guanajuato ocupa el primer sitio en magnitud absoluta desde 2018 hasta 2021 y tuvo la tasa más elevada en 2020 y 2021.1 Jalisco y Michoacán también se ven afectados de manera importante por esta situación.

Adicionalmente, el libro examina otras temáticas como población indígena, marginación, migración interna e internacional, indicadores económicos y vivienda desocupada. Se obtuvieron cifras sobre población que migró o se movió por inseguridad o violencia del censo 2020 y la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública para 2010-2020.

La investigación antropológica llevada a cabo en 2021 en estos cuatro estados del centro-occidente arroja elementos de análisis muy valiosos. El desplazamiento no está circunscrito de forma exclusiva a la violencia provocada por grupos del crimen organizado, sino también por motivos religiosos, actividad minera y desastres asociados a fenómenos naturales. Vale la pena destacar el vínculo estrecho que guarda con la desaparición forzada, la cual provoca la salida de familiares de los lugares de origen, sobre todo al realizar denuncias y recibir amenazas por ello.