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CIUDAD DE MÉXICO, México - Cada vez que María Guadalupe Hernández, de 52 años, recibe un nuevo ser humano en este mundo, no deja de sorprenderse. Partera de profesión desde hace 30 años, se siente agradecida y privilegiada de apoyar un momento tan importante para las familias porque está convencida de que, para poder cambiar al mundo, se debe cambiar la forma de nacer. “Los niños y las niñas deben nacer en espacios no violentos, donde las mujeres puedan reconocer su fortaleza y capacidad para parir, y transmitir esa fortaleza a sus bebés”, reconoce Guadalupe.

Esta mexicana, que estudió enfermería, obstetricia y un posgrado en el área perinatal, tiene la certeza de que la partería, hoy en día, se ha potenciado gracias a grandes avances en su campo, pero que aún enfrenta grandes retos.

Para ella, es necesario que las parteras mismas reconozcan el importante papel que juegan dentro del sistema de salud, y así poder brindar una verdadera atención de calidad. Además de esa necesaria autoafirmación tienen el reto pendiente de ser valoradas por la comunidad, ya que los círculos en los que alcanzan reconocimiento siguen siendo bastante reducidos.

Parteras asistencia fundamental en tiempos de crisis

En un contexto como el actual, donde el sistema de salud mundial ha tenido que replantearse varios de sus alcances a raíz de la incidencia del virus, el Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas (UNFPA) apoya a las parteras que se encuentran en la primera línea de respuesta a la COVID-19 en todo el mundo. Para apoyar su labor, les proporciona insumos y equipo de protección personal; fortalece la capacidad de los sistemas de salud, de modo que los servicios de maternidad no sean dejados atrás; y se asegura de que las mujeres embarazadas y lactantes –incluidas aquellas que están en cuarentena– reciban la atención que necesitan en el momento en que la necesitan.

Según afirma Natalia Kanem, Directora Ejecutiva de UNFPA, “esta crisis ofrece una oportunidad para que todas y todos hagamos más para contribuir a los esfuerzos de las parteras y a la salud y los derechos sexuales y reproductivos de todas las mujeres en todas partes. En aquellos países en los que estos derechos y opciones se cuestionan o se encuentran bajo amenaza, las parteras están levantando la voz para visibilizar las muertes maternas evitables y la falta de acceso a la planificación familiar. También están dando la voz de alarma en relación con la violencia por razón de género y otras prácticas nocivas, como la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil. Ellas se han constituido en agentes de cambio en aras de la igualdad de género”.

Las parteras en Latinoamérica desarrollan grandes vínculos con las familias

En Latinoamérica, la relación entre las parteras y las familias es muy fuerte porque ellas están inmersas en las comunidades y se insertan en el núcleo familiar. “El trabajo de parto y el nacimiento de un bebé son momentos de suma intimidad. Por eso, la relación se vuelve muy estrecha y una partera se convierte en casi una integrante más de la familia”, enfatiza Guadalupe.

En la sociedad actual se piensa todavía que las parteras son personas sin conocimientos, o con conocimientos solamente empíricos. Profesionales como Guadalupe demuestran lo contrario. Desde que estudió la licenciatura conoció a otros expertos que fueron clave para decidir dedicarse a la atención de las mujeres, centrada en sus necesidades y derechos humanos, así como los de los bebés.

“El reto más grande para la partería es estar sustentada bajo un marco legal, permitirles a las parteras acceder a la infraestructura y el equipo médico necesario, y brindar los servicios de salud de manera digna como profesionales de partería”, ratifica Guadalupe.

La educación, la asociación y la regulación: pilares de la optimización de la partería

Para impulsar esta dinámica, el UNFPA ha ayudado a visualizar cómo debe ser la atención de las mujeres y cómo debería ser la partería a nivel mundial, tomando como base los tres pilares de la Confederación Internacional de Matronas (ICM, por sus siglas en inglés): la educación, la asociación y la regulación.

El Fondo de Población ha sido una pieza clave para formar grupos de profesionales en distintos paíse, capaces de enseñar la partería por competencias, lo que ha permitido sentar las bases para hacer un cambio en los currículos y lograr un perfil de egreso uniforme en las escuelas que enseñan partería.

El trabajo de parto y el nacimiento de un bebé son momentos de suma intimidad. Por eso, la relación entre la familia y la partera se vuelve muy estrecha. A pesar de que lleva muchos años atendiendo nacimientos, Guadalupe entiende que cada ser que nace marca su vida profesional y la vincula fuertemente con cada familia.

Actualmente Guadalupe es Presidenta de la Asociación de Parteras Profesionales de México y es reconocida por la ICM como miembro de la confederación. En alianza con el Fondo de Población de Naciones Unidas trabaja para el mejoramiento de la educación en partería, el fortalecimiento la regulación de la práctica de parteras profesionales y la búsqueda constante del reconocimiento social de la labor de las parteras profesionales.