Ciudad de México, 31 de octubre de 2024 - Parteras tradicionales y profesionales de América Latina y el Caribe analizaron las múltiples barreras que limitan el acceso oportuno de las mujeres indígenas a servicios de salud materna, desde la atención prenatal hasta el posparto.
En el Simposio Regional Intercultural de las Américas sobre Salud Materna de Mujeres Indígenas, celebrado el 29 y 30 de octubre en la Ciudad de México, se propusieron soluciones para erradicar las muertes maternas evitables en la región, la única en el mundo donde este indicador no ha disminuido desde el año 2000.
En 2020, la razón de mortalidad materna en América Latina era de 88 muertes por cada 100.000 nacidos vivos. Cada hora muere una mujer debido a complicaciones en el embarazo, parto o puerperio. Y tratándose de mujeres indígenas y afrodescendientes, la cifra es tres veces mayor.
“La muerte de una mujer, en un momento que se supone es un acontecimiento de vida, representa la cara más cruel de la desigualdad y pobreza en nuestra región”, apuntó Susana Sottoli, Directora Regional del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) para América Latina y el Caribe.
El 90 por ciento de las muertes maternas son evitables. Para llegar a cero, “hay que derribar barreras, innovar y cambiar lo que no está dando resultado. Debemos escuchar a todas las partes interesadas y lograr acuerdos, nuevas estrategias e ideas para salvar vidas.”
El Dr. David Kershenobich, Secretario de Salud de México, dijo que “hay muchas determinantes sociales que atender” para prevenir la mortalidad materna, y “hay que tener en cuenta la sabiduría comunitaria, que viene de milenios atrás”.
Un mayor acceso a parteras competentes podría salvar miles de vidas cada año
Sandra Georgina Oyarzo, presidenta de la Confederación Internacional de Parteras (ICM, por sus siglas en inglés), defendió la colaboración entre las parteras profesionales y tradicionales como “un puente necesario para mejorar la salud materna y reducir la mortalidad, ya que ambas traen consigo un valioso conocimiento y experiencias”.
Agregó que “en esta intersección se encuentran enfoques interculturales que enriquecen la atención y permiten soluciones efectivas y respetuosas. Escuchar las voces de las mujeres indígenas y recuperar sus saberes no es solo un acto de justicia sino una estrategia esencial para cerrar las brechas de desigualdad en la salud materna”.
La partera tradicional Ana Choque, de Bolivia, trabaja hace 45 años con comunidades que reconocen su labor: “Nos tienen confianza, más que todo”. Explicó que aparte de atender a las embarazadas, las parteras tradicionales pueden “detectar si un parto va a ser natural o si vamos a necesitar el apoyo de un médico académico o de un hospital”.
Al respecto, Tarcila Rivera Zea, fundadora del Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas (ECMIA), expresó: “No somos el problema. Queremos ser parte de la solución. Las sanadoras, las parteras y las obstetras indígenas tienen esa sabiduría que proviene de la relación con su comunidad, su pueblo, su vida y el entorno, con el uso de plantas y elementos naturales que han generado vida. Si estas prácticas no hubieran sido pertinentes, no habríamos nacido más, pervivido y llegado a este punto”.
Entre 2016 y 2022, América Latina y el Caribe aumentó en un punto porcentual la proporción de partos atendidos por personal de salud especializado. En 2022, el 95,8 por ciento de los partos fue atendido por profesionales competentes en salud materna y neonatal, de acuerdo con el Segundo Informe Regional sobre la Implementación del Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo.
No obstante, Rivera señaló que es imprescindible lograr sistemas de salud interculturales en los países multilingües y multiculturales: “¿Por qué no nos sentimos bien en espacios donde deberíamos estar cómodas y seguras? Esto tiene que ver con el racismo y sus expresiones de discriminación y exclusión. No hemos tenido políticas de salud que nos incluyan a todas”.
Datos de varios países de la región muestran que el porcentaje de mujeres que no recibieron atención especializada es mayor entre embarazadas indígenas, pero ha habido avances notables desde la década de 2000. En ocho de los 12 países que cuentan con información sobre este tema, la proporción de mujeres indígenas que asistieron, al menos, a cuatro controles prenatales supera el 80 por ciento.
De acuerdo con el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, la pertinencia intercultural en salud es un elemento fundamental de la calidad humana del servicio y, por lo tanto, parte del monitoreo del mejoramiento continuo de la calidad.
Parteras tradicionales y profesionales de la región, en alianza con la Asociación de Parteras de Canadá, el ECMIA, la ICM, organismos intergubernamentales y de las Naciones Unidas, representantes de gobiernos, profesionales de la salud, la academia y representantes de pueblos indígenas, formularon más de 20 recomendaciones, con el fin de erradicar la mortalidad materna en la región.
En su llamado a la acción hacen énfasis en la necesidad de:
- Recopilar datos desagregados para diseñar estrategias eficaces y específicas para las mujeres indígenas.
- Mejorar el acceso de las embarazadas indígenas a los servicios de salud materna.
- Garantizar un parto digno, respetado y humanizado.
- Brindar mayor información a las mujeres indígenas sobre anticoncepción y cuidados maternos.
- Fortalecer los planes de capacitación sobre interculturalidad y no discriminación para el personal de salud.
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El UNFPA trabaja para mejorar las vidas de las personas en más de 150 países del mundo, en los cuales se concentra el 80 por ciento de la población mundial. En América Latina y el Caribe proporcionamos apoyo estratégico y asesoramiento técnico a más de 40 países de la región. El UNFPA actúa como un catalizador para el progreso trabajando con los gobiernos y en estrecha colaboración con otras agencias de las Naciones Unidas, con la sociedad civil, academia, organizaciones basadas en la fe y el sector privado.