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Viernes 8 de marzo de 2013.- En ocasión de celebrarse el Día Internacional de la Mujer, aprovecho la oportunidad para renovar el compromiso del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, en pro de intensificar y ampliar nuestras acciones y hacer todo lo posible para poner fin a la violencia por motivos de género. La violencia por motivos de género sigue siendo una grave preocupación en materia de salud y derechos humanos y no será posible conseguir el desarrollo humano, económico y social, mientras las mujeres y las niñas sigan viviendo con el temor de ser víctimas de coacción, amenazas o violencia.

El Día Internacional de la Mujer coincide este año con la reunión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer celebrada en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York, que este año se focaliza en el tema prioritario de la eliminación y prevención de todas las formas de violencia contra la mujer. En todo el mundo, hay millones de mujeres y niñas sometidas a múltiples formas de violencia, entre ellas, la violencia sexual, la violencia infligida por la pareja, la mutilación/corte genital femenino, el matrimonio temprano, y los actos de violencia sexual cometidos durante conflictos armados y crisis humanitarias.

Las mujeres y las niñas que son víctimas de malos tratos pueden sufrir trastornos psicológicos y ser rechazadas por sus familias y sus comunidades, y pueden verse privadas de recibir atención médica y de oportunidades de conseguir una autosuficiencia económica. Además, sufren consecuencias físicas directas. La violencia sexual puede redundar en embarazos no deseados, abortos realizados en malas condiciones, casos de fistula traumática e infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, y cada una de esas consecuencias puede ser fatal.

Como miembros de la comunidad mundial, tenemos la obligación de procurar que se ponga fin a esas infracciones a los derechos humanos. Sobre la base de la labor de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, es preciso que colaboremos para llegar a un consenso acordado internacionalmente que nos acerque más a proteger a las mujeres y a las niñas, y mantenerlas libres de violencia y de toda amenaza de violencia. Esta es nuestra oportunidad de lograr efectos positivos en las vidas de millones de mujeres. No podemos permitirnos perder esta oportunidad.