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Actualmente cerca de 1,804 millones de personas en el mundo tienen entre 15 y 29 años, lo que representa casi una cuarta parte de la población mundial. La adolescencia y la juventud son etapas clave en el curso de la vida de las personas en las que tienen lugar una serie de decisiones y eventos que afectan las condiciones de vida y marcan, de manera profunda, las trayectorias futuras y posibilidades de bienestar e integración social.

La manera en la que se vive el ser adolesente o joven varía considerablemente según la región de origen. Por ejemplo, en el ámbito educativo y en los países de ingresos medianos, solo tres cuartas partes de las y los jóvenes siguen asistiendo a la escuela a los 15 años. De ellos, solo la mitad adquiere los conocimientos básicos, una proporción que se ha estancado durante los últimos años. 

Dicha experiencia se encuentra enmarcada también por las relaciones de género y sus normas sociales asociadas. Un ejemplo de ello lo encontramos en la tasa de fecundidad adolescente (15 a 19 años), misma que es estimada a nivel mundial en 41 nacimientos por cada 1,000 mujeres para este grupo de edad, mientras que para los países de África ronda los 100 nacimientos. Para la región de América Latina y el Caribe se estima una tasa de fecundidad adolescente de 61, la segunda región con los niveles más altos en el mundo.

La transición hacia el mercado laboral es uno de los principales retos que enfrenta esta población a nivel mundial. Las personas jóvenes tienen tres veces más probabilidades que las adultas (mayores de 25 años) de estar desempleados. Aunque esto obedece en parte a que su corta experiencia laboral juega en su contra cuando presentan su candidatura para empleos de categoría inicial, también existen importantes barreras estructurales que dificultan su incorporación al mercado de trabajo.

Varios países de América Latina se encuentran en etapas avanzadas de transición demográfica. México es uno de ellos. Sus tasas de fecundidad han disminuido y hay un mayor peso poblacional de personas en edad de trabajar y ahorrar (15 a 64 años). Este cambio conduce a la posibilidad del llamado “bono demográfico”: más personas en edad de trabajar y menos personas (niños y ancianos) que dependen de ellas. Esta circunstancia representa una posibilidad para la sociedad en su conjunto para incrementar su capital social, tener una mayor disponibilidad de recursos humanos, un mayor dinamismo económico y enfrentar los retos del desarrollo y envejecimiento demográfico.

En México viven 31.2 millones de personas adolescentes y jóvenes de 15 a 29 años, de las cuales 10.8 millones son adolescentes (15 a 19 años). Respecto a la ubicación geográfica de las personas adolescentes y jóvenes encontramos que el 52.9% de las personas adolescentes y jóvenes en México radican en 8 entidades federativas (Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Veracruz, Puebla, Guanajuato Nuevo León y Chiapas).

La edad mediana de la población en México es de 29 años, sin embargo, resulta relevante comentar que existe una importante variación en cuanto a las dinámicas demográficas al interior de cada una de las entidades federativas. Por ejemplo, Chiapas cuenta con la población más joven (24 años), mientras que la Ciudad de México cuenta con la edad media más alta del país (35 años).

Nuestros desafíos

Las juventudes enfrentan múltiples desafíos y desigualdades que limitan el ejercicio pleno de sus derechos y el desarrollo de su potencial. Algunos de los obstáculos que enfrentan estas personas en su transición de la infancia a la vida adulta incluyen el embarazo a edades tempranas, el desempleo, la precariedad laboral, la deserción escolar, el bajo acceso a servicios de salud amigables y de calidad, el bajo acceso a mecanismos de participación sustantivos, entre otros.

Las inversiones adecuadas contribuyen a superar estos retos y evitar invaluables pérdidas en términos de capital humano, lo cual se traduce en enormes costos sociales y económicos. Las capacidades que las generaciones de jóvenes desarrollen hoy determinarán, en buena medida. las posibilidades de la sociedad para adaptarse a una fuerza laboral que habrá de reducirse de manera significativa, además de establecer sistemas de protección social suficientes para un mayor número de personas adultas mayores. 

El desafío actual se centra en consolidar las políticas públicas e intervenciones dirigidas a las personas adolescentes y jóvenes, basadas en evidencia y en el respeto a los derechos humanos. Para ello, la participación y el liderazgo de las propias juventudes durante todo el proceso de toma de decisiones resulta fundamental, pues son ellas y ellos quienes vivirán las consecuencias de las decisiones que se tomen hoy.

Nuestras estrategias

En materia de poblaciones juveniles, el UNFPA México apoya el desarrollo de propuestas de políticas públicas que consideren los cambios intergeneracionales y la estructura por edad de la población, con especial atención en el desarrollo integral de las personas adolescentes y jóvenes. Promueve la participación activa y corresponsabilidad de las juventudes, así como el establecimiento de alianzas inter e intrageneracionales. Brinda apoyo técnico para el establecimiento de un marco normativo sobre juventud a nivel nacional, que tome en cuenta la la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el Consenso de Montevideo y otros acuerdos globales y regionales. 

El UNFPA orienta y apoya en el diseño de estrategias de desarrollo adecuadas para las y los jóvenes, mediante el diálogo con los gobiernos y alianzas con los organismos no gubernamentales, la academia, los medios de comunicación, así como con organizaciones de la sociedad civil que trabajan con jóvenes y organizaciones o colectivos juveniles.

Para alcanzar el desarrollo integral de las personas adolescentes y jóvenes, y con base en la Estrategia Global sobre adolescencia y juventud, el UNFPA se enfoca en promover el empoderamiento de las juventudes para tomar decisiones libres e informadas sobre su cuerpo, su vida y su mundo. Así, el UNFPA busca incorporar las necesidades de la gente joven a las estrategias de desarrollo y reducción de las desigualdades, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Promueve el fortalecimiento de capacidades y el liderazgo de las juventudes para que puedan conocer y ejercer sus derechos, y contribuir a mejorar sus entornos. El UNFPA aboga especialmente por el reconocimiento y respeto de los derechos de las y los jóvenes, particularmente aquellos que se encuentran más atrás.

Asimismo, el UNFPA impulsa dos iniciativas particulares:

Unidas Crecemos, la cual se centra en empoderar a niñas adolescentes para alcanzar una mayor igualdad de género en sus comunidades, a través de la educación no formal.

Generación 2030, la cual busca empoderar a adolescentes y jóvenes y potenciar su liderazgo para que contribuyan a mejorar sus comunidades, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de los cuales el mandato del UNFPA se hace cargo.

Recursos

 


Iniciativa Unidas Crecemos

Antecedentes

Unidas Crecemos es una iniciativa impulsada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en México, en colaboración con aliados estratégicos que han decidido invertir en las niñas adolescentes porque las reconocen como agentes de cambio para sus propias vidas y las comunidades a las que pertenecen.

El proyecto nació en 2015 como una de las estrategias centrales del UNFPA, a partir de la revisión y adaptación de la metodología "Abriendo Oportunidades", que fue diseñada por el Population Council, contribuyendo a mejorar la vida de más de 1000 niñas en los estados de Chiapas, San Luis Potosí, Puebla, Estado de México y Ciudad de México, en su modalidad presencial implementada hasta 2018.

Desafíos

Los desafíos están relacionados con el lugar en donde se desarrollan las niñas adolescentes, considerando la implementación del proyecto, se ha identificado que en general enfrentan problemáticas asociadas a la falta de acceso a servicios públicos de educación y salud, tales como uniones tempranas, episodios de violencia y embarazo adolescente,  entre otras.

Objetivos y estrategias

Unidas Crecemos  tiene el objetivo de empoderar a las niñas adolescentes, fortalecer su ciudadanía y facilitar su acceso a servicios de educación y salud.

Para lograr lo anterior, se crean clubes en espacios comunitarios públicos para fomentar espacios seguros en los que se les brindan talleres de capacitación en temas tales como: derechos humanos, igualdad de género, salud sexual y salud reproductiva, prevención de la violencia, entre otros.

Como parte de una estrategia integral,  el proyecto promueve el trabajo comunitario que involucra a las autoridades de gobierno locales, docentes y familias, con el fin de articular esfuerzos para fomentar el desarrollo de las niñas adolescentes y facilitar un entorno en el que se respeten sus derechos humanos.

En 2020, como consecuencia del COVID-19,  se identificó un incremento importante en la violencia contra las mujeres, incluyendo la violencia sexual con el consecuente riesgo de incrementos en el número de embarazos. Considerando la imposibilidad de realizar intervenciones presenciales, la estrategia del proyecto consistió principalmente en el desarrollo de un curso virtual con base en la metodología de Unidas Crecemos. 

El proyecto Unidas Crecemos empodera a las niñas adolescentes, dándoles la oportunidad de tomar decisiones que tendrán un impacto positivo en su vida personal y familiar, al tiempo de visualizarse como agentes de cambio en sus comunidades. Las autoridades escolares, locales y gubernamentales encuentran en Unidas Crecemos la oportunidad de potenciar las acciones que realizan para brindar la atención necesaria a niñas adolescentes y de esta manera contribuir a la igualdad de género y la cohesión social de sus comunidades.

Impacto y resultados

Unidas Crecemos impacta en:

  • Las niñas adolescentes que participan en Unidas Crecemos se reconocen como poseedoras de derechos humanos, saben que son valiosas e inteligentes, defienden su derecho a una vida libre de violencia -incluida la violencia sexual- y aumentan sus conocimientos en materia de salud sexual y reproductiva, por lo que cuentan con más herramientas para la prevención del embarazo adolescente. Asimismo, encuentran la oportunidad de aplicar los contenidos del modelo a su propia vida para fortalecer sus decisiones propiciando cambios significativos en su entorno personal, familiar y comunitario.
  • Las mentoras de Unidas Crecemos reciben capacitación en derechos humanos, igualdad de género, salud sexual y reproductiva, autoestima, prevención de la violencia, interculturalidad, estrategias de planeación e intervención comunitaria, entre otros temas que les permiten reforzar sus liderazgos.
  • Las familias además de disfrutar los cambios que experimentan las niñas adolescentes, acuden a las mentoras para recibir orientación y consejería en los diversos temas que se abordan en el marco del proyecto.
  • La comunidad en general también se beneficia. Las autoridades escolares, gubernamentales y líderes comunitarios, encuentran en Unidas Crecemos la oportunidad de potenciar las acciones que realizan para atender a las niñas adolescentes y con ello fortalecer la cohesión social en sus comunidades. 

Resultados del primer periodo de implementación

Los siguientes son algunos de los resultados principales alcanzados durante el periodo de 2015 - 2018:

  • 1,080 niñas adolescentes y 120 niños adolescentes han participado en las actividades del proyecto, fortaleciendo sus habilidades para la vida, aumentando sus conocimientos sobre sus derechos, mejorando su desempeño escolar, entre otros elementos.
  • 64 clubes para niñas adolescentes instalados en escuelas, centros comunitarios y comedores comunitarios que fortalecen el tejido social.
  • 36 mujeres jóvenes capacitadas en el Modelo, fortalecieron sus liderazgos y se desempeñaron como mentoras de Unidas Crecemos.
  • 1,800 personas adultas (integrantes de las familias de las niñas adolescentes y personal docente)  informadas acerca de la prevención de la violencia, la prevención del embarazo adolescente y los derechos humanos.

Videos:

Para más información, escríbenos a: unfpa.mexico@unfpa.org

 


Iniciativa Generación 2030

Antecedentes

En 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, por medio de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sus 169 metas, con el objetivo de poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia y hacer frente al cambio climático sin que nadie se quede atrás.

El tema de juventud es transversal en el cumplimiento de los ODS. La Agenda 2030 les reconoce como agentes fundamentales para el cambio y puntualiza la importancia que tienen en la definición del futuro de la humanidad y de nuestro planeta. En este sentido, el desarrollo, el empoderamiento, la participación y el liderazgo de las personas jóvenes es un poderoso medio para el desarrollo sostenible.

Teniendo en consideración que en 2020, la población joven entre 15 y 29 años de edad representaba aproximadamente el 24.7% de la población total en México, resulta fundamental invertir en las personas adolescentes y jóvenes e involucrarles en el desarrollo de sus propias comunidades. 

En respuesta a las necesidades de recuperación del sismo del 19 de septiembre de 2017 en México, surgió el proyecto Generación 2030 inicialmente en los estados de Morelos y Puebla y  con el propósito de formar a las juventudes en temas claves sobre la Agenda 2030 y la gestión de proyectos sociales para promover la sensibilización de otros jóvenes sobre la Agenda 2030 y apoyar a las juventudes en el diseño e implementación de proyectos locales para el desarrollo sostenible.

Desafíos

Cada persona adolescente o joven enfrenta desafíos únicos para desarrollar su pleno potencial, sin embargo, existen disparidades. Mientras unos cuentan con acceso a la salud, la educación y la seguridad, otros deben sortear grandes obstáculos y riesgos para ejercer sus derechos. En este sentido, la participación activa de las juventudes en el desarrollo comunitario y la toma de decisiones contribuye a mejores políticas públicas y un mayor involucramiento de la sociedad en beneficio de su propio desarrollo. 

Diversos acuerdos internacionales en materia de juventud y desarrollo reconocen la importancia de la participación de las juventudes en la vida pública como un componente clave para el desarrollo sostenible, la participación cívica efectiva y la construcción de ciudadanía. El avance político, económico, social y ambiental de México depende en gran medida del éxito que tenga esta generación para fortalecer sus capacidades y participar en los procesos de desarrollo sostenible de su comunidad.

Objetivos y estrategias

El objetivo del proyecto Generación 2030 es potenciar las capacidades de las juventudes en México para que impacten positivamente en el bienestar de sus comunidades y contribuyan a la implementación de la Agenda 2030 desde una perspectiva local.

Para ello, se busca generar las oportunidades, los medios  y las alianzas para que las juventudes de México se formen como líderes en sus comunidades, se conviertan en agentes clave para la promoción e implementación de la Agenda 2030 en beneficio de sus entornos inmediatos y obtengan herramientas para desarrollar su pleno potencial.

El proyecto cuenta con dos componentes:

  1. Implementación de soluciones locales: las actividades principales incluyen capacitaciones y eventos para que las y los jóvenes se sensibilicen y aprendan sobre desarrollo sostenible, enfoques de derechos humanos, interculturalidad, género y juventudes, voluntariado, emprendimiento social, políticas públicas e incidencia, así como gestión de proyectos. Con base en este aprendizaje, las  juventudes desarrollan iniciativas locales que responden a las necesidades de sus propias comunidades y contribuyen a avanzar en el cumplimiento de la Agenda 2030 y uno o varios ODS.
  2. Participación en procesos de toma de decisiones: las y los jóvenes participan de manera informada y constructiva en los procesos y órganos de toma de decisiones que son acompañados por el UNFPA, para avanzar en la implementación de la Agenda 2030 y los ODS en beneficio de sus comunidades y su desarrollo integral.

El proyecto es implementado en colaboración con diversos socios de instituciones del sector público, privado u organizaciones de la sociedad civil que estén interesadas en involucrar a las personas jóvenes en el cumplimiento de la Agenda 2030 y en la promoción del desarrollo sostenible en sus comunidades, a través de un modelo de fortalecimiento institucional acompañado por la experiencia del UNFPA en México. 

Para más información y ser parte del cambio visita la Plataforma Mirada Joven

Impacto y resultados

Los principales resultados de la implementación en el período 2017-2019 son: 

  • 3 mil personas beneficiadas directamente y alrededor de 62 mil personas indirectamente en 8 municipios de Morelos y 4 de Puebla  como resultado de los 10 proyectos comunitarios diseñados e implementados por las y los jóvenes, contribuyendo en 12 de los 17 ODS.
  • 1,934 personas sensibilizadas en torno a la Agenda 2030 gracias a las réplicas impartidas por las 60 personas jóvenes líderes capacitadas en torno a los ejes fundamentales del proyecto.
  • 67 instituciones de los sectores público, privado, académico y de sociedad involucradas en distintas fases de la implementación del programa, promoviendo la participación juvenil y el voluntariado como componentes clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.