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Todos los días, 20 000 niñas de menos de 18 años dan a luz en países en desarrollo. Esto equivale a 7,3 millones de partos cada año. Y si se incluyen todas las gestaciones, el número de embarazos en adolescentes es mucho mayor.

Cuando una niña queda embarazada, su vida puede cambiar radicalmente. Es posible que no termine la escuela y se desvanezcan sus perspectivas de trabajo. Se vuelve más vulnerable frente a la pobreza y la exclusión resintiéndose frecuentemente su salud. Las complicaciones del embarazo y el parto son la principal causa de muerte en niñas adolescentes.

El embarazo en adolescentes no sólo tiene repercusiones en la salud de las adolescentes y de sus hijos, sino en sus opciones para continuar con su educación académica, en el abanico de opciones para su proyecto de vida, en sus relaciones sociales y culturales, en sus posibilidades de desarrollo, en las condiciones en que se inserte en la vida laboral, entre otros aspectos. Ser madre o padre adolescente suele iniciar y/o reforzar una serie de condiciones de vulnerabilidad asociadas a la falta de preparación para esta nueva responsabilidad, características propias del desarrollo en esa etapa y a la adopción de roles de género tradicionales, así como a la pérdida de vivencias y adquisición de conocimientos propios de la adolescencia. Adicionalmente, la maternidad y paternidad temprana, suele tener efectos negativos graves en los hijos e hijas de las y los adolescentes, exponiéndolos a condiciones adversas que obstaculizan su desarrollo.

Por lo anterior, el Gobierno de México ha reconocido que el embarazo en adolescentes es problema poblacional que amplía las brechas sociales y de género; se trata de un asunto que pone entredicho sus derechos humanos, su libertad y su desarrollo como personas. Por ello, se diseñó la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescente (ENAPEA), la cual fue lanzada en enero de 2015 por la Presidencia de la República.

Nuestro Desafío

Según estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO), actualmente existen en el país 22.4 millones de mujeres y hombres adolescentes entre los 10 y 19 años de edad. El embarazo en adolescentes cobra cada vez mayor importancia debido a que las mujeres de 15 a 19 años de edad constituyen el grupo de mayor tamaño entre los grupos quinquenales de mujeres en edad fértil; y la disminución de la fecundidad en adolescentes es menor que en otros grupos de edad, tanto por el bajo uso de anticonceptivos en la primera relación sexual; como por el aumento en el porcentaje de la población adolescente que es sexualmente activa. Con base en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) a nivel nacional, la proporción de población de 12 a 19 años que ha iniciado su vida sexual ha aumentado, al pasar de 15% en 2006 a 23% en 2012.

El porcentaje de mujeres en edad fértil unidas con necesidad insatisfecha de métodos anticonceptivos (NIA) es un indicador que da cuenta de la falta de cobertura en cuanto a la información y la oferta de métodos anticonceptivos a mujeres que desean regular su fecundidad, pero que no usan métodos anticonceptivos. El porcentaje de NIA en población de 15 a 19 años de edad es de 13.5%, cifra significativamente más alta que el total nacional (4.9%) y más alta que la observada en mujeres indígenas (8.9%). Por otra parte, la Tasa de Fecundidad Adolescente se elevó de 69.2 en el 2009 a 77.04 en el 2014.

La Oportunidad

La ENAPEA establece que “las entidades federativas constituirán el Grupo Estatal para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (GEPEA), tomando como modelo de referencia el Nacional, que podrá adecuarse respetando los arreglos institucionales en los estados. En el ámbito estatal se considera prioritario apoyar a las instancias municipales y locales con procesos de capacitación y el asesoramiento para establecer los mecanismos de articulación con las demás dependencias, así como las gestiones que permitan destrabar obstáculos y mejorar el rendimiento local”.

Para contribuir a lo anterior, se requiere:

  • Desarrollar estrategias y mecanismos para hacer efectiva y operativa la inter-sectorialidad que plantea la ENAPEA.

  • Diseñar estrategias y mecanismos para:

a) Mejorar la comunicación de GIPEA a GEPEAS y entre GEPEAS.

b)  Capacitar a GEPEAS en: planeación participativa e inter-sectorial, elaboración de indicadores, gestión de recursos y presupuestos, etc.

Nuestra Estrategia

Brindar cooperación estratégica y acompañamiento para posicionar en las agendas estatales e institucionales el tema del embarazo en adolescentes; con la finalidad de impulsar la implementación de la ENAPEA; a través de brindar asistencia técnica para el fortalecimiento del GIPEA y de los GEPEAS, y de las estrategias y planes de trabajo estatales y municipales.

Apoyo ha brindado apoyo técnico a varios estados para impulsar la ENAPEA y elaborar sus documentos y planes anuales de trabajo de estatales  ( i.e Coahuila; Oaxaca; Chiapas; San Luis Potosí; Puebla; Hidalgo; Tabasco entre otros).

El UNFPA es miembro del GIPEA; coordina el Subgrupo GEPEAS y la Mesa de Trabajo para elaborar un protocolo de atención a adolescentes embarazadas menores de 15 años. .

Participa activamente en otros subgrupos del GIPEA (subgrupo de indicadores y subgrupo de 10 a 14 años de edad).

El UNFPA llevó a cabo una Encuesta para elaborar un Diagnóstico de la Situación de los GEPEAS.

El UNFPA ha elaborado instrumentos de apoyo (i.e . Guía metodológica para impulsar la ENAPEA a nivel estatal)